Aislada y accesible sólo por caminos secundarios de tierra, la playa atlántica de Ponta Ruiva es de una belleza poco común y cuenta con una bahía de arena de unos 500 metros de longitud. El origen de su nombre se debe a la icónica punta rojiza que delimita el lado occidental de la cala, una gran roca de arenisca roja, también conocida regionalmente como "arenisca de Silves" y localmente como "pedra farinheira". Esta roca es un geomonumento raro, ya que es el final de una formación geológica que se desarrolla en toda la región del Algarve y continúa al otro lado del Atlántico, en Canadá, en el actual continente americano. Es una prueba física de la deriva continental y del antiguo supercontinente Pangea, que existió durante la Era Paleozoica. La playa se encuentra en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y la Costa Vicentina. - Câmara Municipal de Vila do Bispo